jueves, 27 de marzo de 2014

Vigencia de El licenciado Vidriera





De todas las Novelas Ejemplares, sigo teniendo cierta preferencia por El licenciado Vidriera. Tal vez porque fue el primer Cervantes que leí, a los diez u once años, en uno de aquellos libritos naranjas de la colección Salvat RTV.

El asunto es sobradamente conocido: Un licenciado en Derecho, orgullo de la Universidad de Salamanca, enloquece y se imagina hecho de vidrio; lo que según él, le proporciona una gran claridad de discernimiento. Sus comportamientos extravagantes son admirados y celebrados de todos, que lo agasajan y convidan. Mas cuando el hombre recupera su integridad racional, es abandonado por sus congéneres y no halla modo de ganarse la vida. Despreciado su talento intelectual, no halla más salida que alistarse en un tercio de Flandes, donde morirá por la patria, de forma nada dulce y dudosamente honorable.

En este breve relato condensa Cervantes un juicio atinado sobre la manera en que trata España a sus hijos según su talento: “ ¡Oh Corte, que (…) sustentas abundantemente a los truhanes desvergonzados y matas de hambre a los discretos vergonzosos!”, dice el licenciado al despedirse de la capital del Reino.

Parece, les digo a mis estudiantes, que cuatrocientos años no han cambiado nada en este país. Imaginad que Belén Esteban o cualquier otro personaje estrafalario de los que tanto abundan en la RTV del siglo XXI se escapa durante una temporada del foco mediático y vuelve de La Sorbona con una licenciatura en Filosofía y Humanidades y un dominio perfecto del inglés y el francés. ¿Qué futuro tendría? Para Sálvame ya no valdría. Posiblemente tendría que optar entre un contrato de prácticas en condiciones de explotación o emigrar en busca de otro país que supiera apreciar su talento. Lo mismo, mismito, que le pasó al licenciado Tomás Rueda.

Pero, me contesta una estudiante, eso es imposible. ¿Quién se imagina a Belén Esteban asistiendo a una universidad? Ay, les respondo, sois demasiado jóvenes para conocer el caso de Eleuterio Sánchez, que ingresó en la prisión siendo analfabeto y miserable, y gracias a su voluntad y aplicación consiguió una licenciatura en Derecho a través de la UNED, llegando a ejercer en un gabinete jurídico. ¿Por qué repiten tanto en los medios modelos como el autodenominado DJ Kiko Rivera? ¿Por qué no los ejemplos de quienes como Sánchez, se mejoran y perfeccionan mediante su esfuerzo y el estudio? ¿Por qué las autoridades les niegan el futuro a los jóvenes en su tierra mientras les señalan el camino de salida como el que no quiere la cosa?

Los truhanes y sinvergüenzas se multiplican en nuestro entorno y parecen imponer sus criterios. Es más urgente gastar millones en rescatar bancos y autopistas que en cultivar la investigación. Se dilapida otro millón en renombrar el aeropuerto de Barajas, pero se regatean miserablemente las becas al estudio. Los pícaros al estilo de Lázaro de Tormes medran en todos los estratos: desde los humildes bares y PYMES hasta los más altos consejos de administración, siempre procurando tomar dos uvas del racimo para que no diga nada quien toma tres.

Dicen que la ignorancia es atrevida, y por eso los sabios son discretos, además de escrupulosos y hasta vergonzosos. De eso se aprovechan los truhanes para mentir sin sonrojarse. De eso se sirven para desmontar la educación y la sanidad públicas, para suprimir los beneficios sociales y para matarnos de hambre, que decía Vidriera.  Hace falta que los sensatos nos quitemos de encima la vergüenza para denunciar con toda la intensidad de nuestra voz a quienes carecen de ella.