martes, 20 de abril de 2010

Homenaje al libro (III)


Posiblemente ningún poema en castellano ha expresado mejor que este el amor por los libros, la lectura y el estudio. Se lo debemos al talento de Francisco de Quevedo.

Retirado en la paz de estos desiertos,
con pocos, pero doctos libros juntos,

vivo en conversación con los
difuntos,
y escucho con mis ojos a los muerto
s.

Si no siempre entendidos, siempre abiertos,
o enmiendan, o fecundan mis asuntos;
y en músicos callados contrapuntos
al sueño de la vida hablan despiertos.


Las grandes almas que la muerte ausenta,

de injurias de los años vengadora,
libra, ¡oh gran don Joseph!, docta la imprenta.

En fuga irrevocab
le huye la hora;
pero aquella el mejor cálculo cuenta,
que en la lección y estudios nos mejora.

1 comentario:

Pablo Jauralde Pou dijo...

Lope tiene un par de sonetos bellísimos sobre el mismo tema, que bien merecería una buena antología.