
Las palabras no siempre son tan simples como las explicaba Ferdinand de Saussure. Hay palabras que se alumbran dentro de un idioma y que no se corresponden siempre fácilmente con el repertorio léxico de otra lengua. Es decir, que no se traducen con una sola palabra.

Hoy elijo una palabra japonesa: GAMAN.
Gaman es la resistencia ante los reveses de la vida. Gaman es una mezcla de perseverancia y pundonor. Gaman es paciencia y determinación. Gaman es no darse nunca por vencido. Gaman es volver a levantarse no importa cuántas veces se caiga. Gaman es la elegancia para encajar la adversidad sin quejarse. Un poquito más de Gaman le habría venido bien a Hamlet. En cambio a don Quijote le sobraba Gaman hasta el final.
Cada primavera las familias japonesas hacen ondear una bandera en la que campa una carpa. Al igual que los salmones, las carpas son buenas nadadoras río arriba y por eso simbolizan el espíritu de Gaman.

Gaman es algo más que agallas y escamas. Hace falta Gaman para seguir estudiando cuando el álgebra se vuelve escabrosa. No hay que olvidar el Gaman cuando uno llega a casa tras un duro día de trabajo y se encuentra la nevera vacía. Hay que tirar de Gaman ante una clase de adolescentes rebotados, ante los hijos pequeños, ante los ancianos problemáticos.
Todo el mundo se ha asombrado ante la reacción templada y disciplinada de los japoneses ante la devastación del reciente tsunami. Eso es Gaman.
¡Ánimo, Japón! ¡Mucho Gaman!
La RAE publica en su diccionario de internet (www.rae.es) , en el avance de la 23ª edición, una nueva entrada que podría ser un equivalente de Gaman: Resiliencia: "Capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas."
Tal vez podremos traducir Gaman por Resiliencia, pero... por desgracia es dificil que alguien haga camisetas ni banderas con este lema.