domingo, 18 de abril de 2010

Homenaje al libro (II)

Si el libro nos resulta asombroso por sus prestaciones, es que sabemos leer convenientemente.

Aún hay muchas personas a quienes les produce pánico enfrentarse a un libro sin ilustraciones... o que lamentan que no haya un botón de "play". Pero esto no es algo exclusivo de nuestra época; siempre ha habido quien sufre de aversión a los libros.

También el modo de leer ha cambiado a lo largo de los siglos. Santo Tomás de Aquino (1225-1274) despertaba sopresa y recelo entre sus compañeros porque era el único que leía en silencio, sin vocalizar a viva voz.

Una buena actitud mental, con el grado necesario de interés y sana curiosidad, es un buen punto de partida para disponerse a leer. Si no, siempre encontraremos excusas para abandonar la lectura, como le pasa al personaje de este video...

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