El jazz, una de las músicas
fundamentales del siglo XX, goza de escaso reconocimiento en España por
diversos factores, de los que posiblemente el más grave sea la represión
cultural ejercida por el franquismo. Si bien la censura y el dirigismo afectaron
a todos los géneros musicales que no se ceñían a los ideales nacionalcatólicos,
el jazz fue particularmente odiado por los fascistas españoles por representar la música degenerada (Entartete Musik)
que tanto desagradaba a Hitler y Goebbels.
Durante los años del franquismo
que me tocó sufrir — los que corresponden a mi infancia – no era fácil para un
niño acceder a una oferta musical variada. Los discos eran caros, la radio
monótona, las salas inaccesibles a los menores de edad. Solo había un medio
cultural permanentemente disponible y gratuito: Televisión Española, en
glorioso blanco y negro, por lo demás igual de escuálida y monocroma en lo que
respecta a la música.
Ahora bien; en medio de ese
sustrato insulso se colaron en mi memoria algunas esporas inadvertidas que
acabarían por convertirme — contra todo pronóstico — en un aficionado al jazz.
Por entonces, TVE no solía
encargar las sintonías musicales a un compositor, sino que recurría a discos
antiguos preferentemente instrumentales y no sujetos a derechos de autor. El
caso es que esas musiquillas de apertura o de fondo se repetían una y otra vez,
en contextos muy similares. Las recepciones de Franco en El Pardo se
acompañaban con una grabación de un cuarteto de cámara de Haydn. Piezas del constructivismo ruso, muy descriptivas, amenizaban
las imágenes de industrias a pleno rendimiento.
Y, contra toda lógica, algunas de
aquellas sintonías eran piezas jazzísticas, elegidas no sabemos por quién ni
por qué motivo. Esas melodías que arraigaron en mí como una mala hierba o una
buena canción publicitaria fueron mi primer contacto con el jazz, y a fuerza de
repetirse tarde tras tarde acabaron por contagiarme la pasión. No espero que
entre los lectores de este artículo se obre el mismo efecto, pero si cuentan
cierta edad tal vez les asome revoltosa la nostalgia. Aunque no he podido localizar las grabaciones
exactas, a partir de mis recuerdos he
espigado en Internet las que podrían resultar más similares o por lo menos,
igualmente evocadoras.
El artículo completo se publicó en Hyperbole.es (18.10.2016). Si quieres leerlo y escuchar las cuatro sintonías, pulsa aquí: http://hyperbole.es/2016/10/cuatro-sintonias-de-jazz-de-la-tve-franquista/
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