sábado, 18 de octubre de 2008

Literatura medieval (2). Primeras formas líricas.

Ayer estuvimos explicando en clase los rasgos que caracterizan al amor cortés. Para ilustrar la desesperación del amante y su adoración de la amada (a la que entroniza como su dios particular) leímos este poema de Jorge Manrique:


(Aclaro que Jorge Manrique es del siglo XV, posterior a la época que estamos viendo en el tema 12. No obstante viene perfecto para explicar el concepto de amor cortés).

Las primeras manifestaciones líricas escritas en romance mozárabe son las jarchas. Las jarchas son estrofas amatorias puestas en boca de una muchacha enamorada, la cual confía sus cuitas de amor por la ausencia del amado a su madre, hermanas o amigas. Aquí os apunto algunos de estos poemas brevísimos.





tanto amare tanto amare

habîb tanto amare
enfermeron olios nidios
e dolen tan male

¡Tanto amar, tanto amar,
amigo, tanto amar!
¡Enfermaron unos ojos brillantes
y duelen tan mal!

si si ben yâ sîdî
kuando benis vos y
la bokella hamrâ
sibarey ka-al-warsi

Sí, sí, ven, oh señor mío,
cuando (si) venís aquí,
la boquita roja
alimentaré (de besos) como la paloma rojiza.

Más jarchas en este enlace: http://www.hs-augsburg.de/~harsch/hispanica/Cronologia/siglo11/Jarchas/jar_11si.html

Otra manifestación lírica popular se produce dentro de la lírica galaico-portuguesa, con las Cantigas de amigo. Se diferencian de las jarchas en que en ellas encontramos una acentuada sensación de melancolía junto a un vivo y delicado sentimiento de la naturaleza. Están puestas en boca de una doncella la cual lamenta en su soledad la ausencia de su amigo, por el que pregunta a las flores, a las aves, a las olas del mar, elementos cargados de simbolismo.

Ai flores, ai, flores do verde pino,
se sabedes novas do meu amigo?
Ai, Deus, e ú e?
Ai flores, ai, flores do verde ramo,
se sabedes novas do meu amado?
Ai, Deus, e ú e?
Se sabedes novas do meu amado
aquel que mentiu do que a mi a jurado?
Ai, Deus, e ú e?

Ay flores, ay flores del verde pino,
¿tenéis noticias de mi amigo?
Ay, Dios, ¿y dónde está?
Ay flores, ay flores del verde ramo,
¿tenéis noticias de mi amado?
Ay, Dios, ¿y dónde está?
¿Tenéis noticias de mi amado,
aquel que mintió en lo que me ha jurado?
Ay, Dios, ¿y dónde está?

Recursos fundamentales en este tipo de cantigas son las repeticiones y paralelismos.

La versión galaico-portuguesa del amor cortés son las Cantigas de amor.

Se eu podesse desamar
a quen me sempre desamou,
e podess'algún mal buscar
a quen me sempre mal buscou!
Assí me vingaría eu,
se eu podesse coita dar,
a quen me sempre coita deu.

Mais sol non posso eu enganar
meu coraçón que m'enganou,
por quanto me fez desejar
a quen me nunca desejou.
E per esto non dormio eu,
porque non poss'eu coita dar,
a quen me sempre coita deu.

Si yo pudiese no amar
a quien nunca me amó
y causar algún mal
a quien siempre mal causó
así me vengaría yo,
si le pudiese causar pesar
a quien siempre causó pesar.
Pero no puedo engañar
a mi corazón, que me engañó
pues me hace desear
a quien nunca me deseó.
Y por esto no duermo yo
porque no puedo preocupar
a quien siempre me preocupó.

Leímos también en clase una muestra de las cantigas de escarnio. Algunas son verdaderamente feroces, como esta en la que se ironiza sobre las ansias de goce por parte de una abadesa y su prioresa.

A vos, Dona abadessa,
de min, Don Fernand’ Esquio
estas doas vos envío,
por que sei que sodes essa
dona que as merecedes:
quatro caralhos franceses,
e dous aa prioressa.


Por último os adjunto aquí algunas muestras de canciones y villancicos populares castellanos. Se caracterizan casi siempre por la repetición de un estribillo.

Buen amor, no me deis guerra,
que esta noche es la primera.
Así os vea, caballero,
de la frontera venir,
como toda aquesta noche
vos me la dejéis dormir.
Buen amor, no me deis guerra,
que esta noche es la primera.
……………..
Ya cantan los gallos,
amor mío, y vete:
cata que amanece.
Vete, alma mía,
más tarde no esperes,
no descubra el día
los nuestros placeres.
Cata que los gallos,
según me parece,
dicen que amanece.
…………….
Quien bien hila
bien se le parece.
Quien bien hila
y devana deprisa
bien se le parece
en la su camisa.
Su camisa
bien se le parece.

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